Leyendo la revista El temps, revista a la que los de mi trabajo están suscritos, me he encontrado con un reportaje sobre la llegada de rusos a nuestras tierras. Casi lo están comparando con la llegada de los alemanes, en el caso de Mallorca, en los años 60. Los rusos vienen a hacer turismo y, a menudo, también en busca de una segunda residencia para veranear en nuestras tierras. Estos hechos nos suenan. Eso ya ocurrió: la ley del péndulo.
El reportaje nos habla de la cultura de estos nuevos turistas, de sus costumbres y de cómo considerar la llegada de los rusos como una oportunidad que hay que aprovechar.
Aunque sean muchos los rusos que llegan, no se puede clasificar que el turismo que hacen sea de masas. Se trata de un turista que busca cultura y compras. Es un turista poco estacional que viaja en otoño, invierno, primavera y verano. Compagina el “sol y playa” con la cultura y eso no es fácil de encontrar en los turistas que visitan Baleares. Se trata de un turista de clase media-alta, que viaja en familia. Es discreto pero sofisticado y tiene un nivel de estudios elevado.
Nos cuenta, el reportaje, que este turista que llega de las repúblicas ex soviéticas, no habla inglés y le gusta y agradece poderse comunicar en su idioma. En el primer contacto es reservado y desconfiado y le incomoda que le pregunten algo cuando entra en una tienda. Las barreras culturales e idiomáticas de estos turistas parecen infranqueables. Pero seguro que podremos con ellas, pues pudimos con la cultura alemana. También quisiera añadir que a pesar de esta apariencia tan distante, si a este turista le interesa algo en concreto y percibe las más mínima amabilidad o ayuda, lo agradecerá con creces.
De todos los turistas rusos que viajan a España, el 70,5% lo hace en la región del mediterráneo que comprende Catalunya, País Valenciano y Baleares, siendo el porcentaje de llegadas para cada una de estas regiones el 56,9%, 6% y 7,6% respectivamente. Esto indica que, a pesar de las diferencias culturales e idiomáticas, a los rusos les atrae nuestra cultura y nuestras costumbres mediterráneas.
Además, superan el gasto medio por turista (97€ por día) que asciende a 120€ por día. También superan la estancia media (9,5 días) estando aproximadamente 10,6 días en el destino.
Lo que quiero decir, es que está emergiendo un nuevo turista que busca nuestro calor mediterráneo. Surge un nuevo turista, con alto poder adquisitivo con ganas de consumir nuestros servicios y comprar parte de nuestros bienes. Tenemos que ir con pies de plomo para no desperdiciar tal oportunidad y hacer las cosas bien. Hay que empezar a ponernos al día con su cultura, aprender su idioma y, poco a poco, empezar a enfocarnos hacia un nuevo turismo para nuestra isla. Este turismo puede ser uno de los primeros pasos para cambiar la mala imagen que, en ocasiones, nos hemos ganado. добро пожаловать!!
Más sobre Caterina Jaume
Turismóloga y bloguera. De Mallorca. Dedicada a un turismo n-dimensional.
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