Entendemos por turismo industrial al hecho de dar a conocer el patrimonio industrial, es decir, los restos de la cultura industrial de una zona; por ello se engloba dentro del turismo cultural. Es un turista que estando de vacaciones, aprovecha para visitar fábricas, industrias, talleres, molinos, astilleros, etc.
Este concepto se me hace curioso por un motivo. Cuando leemos “turismo industrial” se nos puede hacer raro, puede que incluso tengamos que meditar sobre la propia definición. Pero es algo que se hace desde siempre, de toda la vida. Visitas a molinos (restaurados o en ruinas), a fábricas de todo tipo, minas, centrales hidroeléctricas, astilleros, etc. ¿Quién no ha visitado algo de esto? Incluso eran las típicas excursiones a las que nos llevaban en la escuela. Será porque forman parte de nuestra cultura, nuestras raíces, nuestro ser. Entonces, ¿por qué no darlo a conocer a las personas que nos visitan, los turistas?
Hace unos meses, escribía mi primera reflexión sobre este producto turístico en mi blog Latexos de Turismo. A partir de ese momento estuve pendiente de la evolución en nuestra comunidad, y parece que realmente empieza a existir un interés por parte de la administración y entidades privadas. En Galicia, destaca el trabajo que se están haciendo desde la Diputación de Coruña relacionada con el turismo industrial: visitas guiadas, seminarios, conferencias, incluso el año 2014 Ferrol será la sede del V Congreso de Turismo Industrial Europeo. También es cierto, que se ven iniciativas puntuales en las otras provincias (o incluso en la misma) independientes: por ejemplo, las recientes noticias de la recuperación de la antigua Fábrica de Chocolate de Teimende para convertirla en Museo del chocolate en la provincia de Ourense; o el apoyo de la Xunta de Galicia a la rehabilitación de la Casa da Administración de Sargadelos en el municipio de Cervo, Lugo.
Recientemente, he descubierto también, una asociación sin ánimo de lucro de Galicia: BUXA que trabaja a favor del patrimonio industrial de la comunidad desde el año 2008. Me ha sorprendido la cantidad de información que tienen en su web; sorprendente base de datos. Creo que nos podemos pasar horas leyendo esa información. ¿Por qué no crear algo similar desde la administración?
Esperemos que a partir del Congreso de turismo industrial del 2014 se empiece a valorar realmente su importancia, se aúnen esfuerzos e iniciativas y se trabaje conjuntamente. Pues está claro que Galicia tiene un potencial enorme. Como decía una compañera, experta en el tema del turismo industrial,i Iria Caamaño, se necesita una gran inversión si queremos dejar las cosas bonitas, elegantes pero a veces no es necesario. ¿Acaso una fábrica en ruinas no tiene su encanto? Desde luego que sí. Curiosamente la pasada semana hemos estado visitando la primera fábrica de papel de Galicia, la Real Fábrica de papel do Faramello (1714) y hemos quedado impresionadas. Porque a pesar de que solamente se aprecia la estructura pues está rellena de tierra y decorada con unos jardines, es un lugar interesante. Porque te hace usar la imaginación: tienes que visualizar cómo sería realmente la construcción. Con unos paneles explicativos y algo acondicionada al visitante, ¿no sería suficiente para convertir esta “materia prima” en un producto turístico?
Lo de siempre. Hay que dar a conocer lo que tenemos; poner en valor nuestra cultura, nuestro patrimonio, nuestras raíces. Además, estamos hablando de un turismo responsable, ecológico, que respeta la naturaleza. Lo ideal, sería el trabajo conjunto de los distintos agentes del sector, posicionando el mismo concepto y colocando a Galicia en un referente europeo de este tipo de turismo. No hay que inventar nada, los recursos turísticos para el turismo industrial ya existen. Nos están esperando…
Imagen: Pazo de Faramello
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Formada en turismo, marketing y Community Management. Estudiante eterna. Enganchada al turismo2.0.