La semana pasada pudimos ver en los medios de comunicación la noticia de la nueva ley de costas. Más concretamente, el proyecto de ley de protección y uso sostenible del litoral y de modificación de la ley 22/1988, de 28 de julio, de Costas.
Era medio día y estaba comiendo, cuando lo escuché por televisión me sobrevino una reacción extraña, una mezcla entre sorpresa y perplejidad y no paraba de preguntarme ¿por qué? ¿para qué? ¿ahora?. Estuve un buen rato pensando y dándole vueltas y sobre todo, como ya os digo, haciéndome muchas preguntas: ¿Para qué cambiar una ley que ya se cambió y parecía estar asentada e implantada correctamente?¿Qué colectivos estaban conformes y no conformes con la ley de costas para cambiarla? ¿A quién beneficia este cambio? ¿ Qué consecuencias tiene para el territorio, para la población local, para el turismo?. Tenía curiosidad, estuve indagando y buscando información desde varios puntos de vista y sinceramente tengo que deciros que las cosas no quedan claras. Hay opiniones de todo tipo, reproches y declaraciones contradictorias que realmente no llevan a nada. Por el momento no se sabe a ciencia cierta los detalles del nuevo proyecto.
Para hacernos una idea de qué estamos hablando es necesario recordar que la Ley de Costas de 1988, aprobado en Real Decreto 1471/1989 de 1 de diciembre de 1989, fue un hito en la historia de la ordenación y gestión del territorio para proteger su integridad física y ambiental ya que es la que regula la determinación, protección y utilización del dominio público marítimo-terrestre y especialmente de la ribera marítima. Pues bien, después de unos años intentando llevar a cabo la ley (con ciertas deficiencias según apuntaba la Unión Europea en el Informe Auken) han decidido modificar lo acordado y conceder cierta libertad a la edificación, uso y explotación de los límites de la costa. ¿Qué quiere decir esto? Pues que muchos de los hoteles, establecimientos e industrias en primera línea de playa que se vieron obligados a cerrar o dejar de construir ahora pueden realizar sus actividades bajo el amparo de la nueva ley. Según afirmaba un artículo de El País esta nueva ley rebaja la zona de protección de la costa de 100 a 20 metros.
Al parecer estos cambios beneficiarán a más de 500.000 personas, según cálculos del Gobierno. Entre los que sacarán provecho de la reforma hay dueños de viviendas construidas a pie de playa y en segunda línea, negocios playeros, chiringuitos, hoteles e industrias. “El impacto que ya está hecho, aprovechémoslo”, resumió hace unos días el secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos.
Entiendo que es un tema complejo y se puede ver desde varios puntos de vista, ¿vosotros que pensáis?.
Analicemos un ejemplo, podéis verlo en la imagen. Posiblemente sea uno de los casos más polémicos en nuestro país. Este hotel está a pocos metros de la playa situada en el Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar. Desde 2003 se construyó el popularmente conocido como «Hotel El Algarrobico» que provocó una fuerte oposición y movilización debido a su dudosa legalidad por incumplimiento de la Ley de Costas. El caso tuvo un gran impacto y ha tomado dimensiones de símbolo de la conservación de la costa española.
Lo conozco personalmente, he estado allí y os puedo asegurar que es desproporcionado. Daña la vista. Se pueden construir hoteles y alojamientos turísticos sin tener que dañar un entorno natural. Todo es posible pero teniendo en cuenta la lógica y el sentido común. ¿Andar cinco o diez minutos más hasta la playa supone un gran esfuerzo? Yo creo que no.
Por otra parte, dada la situación económica ¿nos compensa “erosionar” “edificar” zonas hasta ahora protegidas para ofrecer empleo? Podría ser que sí. Es cierto que no perjudica de igual forma un chiringuito que un gran complejo turístico o un campo de golf. Todo depende de la situación y de varios factores.
Tengo la sensación de que hace unos años, cuando todo nos iba bien, cuando España crecía (aunque de forma ficticia) , teníamos tiempo de pensar y ser más protectores con nuestros recursos naturales. Nos pudimos permitir una ley que protegiera nuestra costa. Hoy por hoy parece que es más importante dar empleo, luz verde a inversores extranjeros y no malgastar en derribar lo que un día considerábamos ilegal o inapropiado. ¿Hasta dónde llegarán los efectos secundarios de esta crisis? Ojalá que el único que camine hacia atrás sea el cangrejo, ¡no nosotros!
Ahora es tu turno, en Turismo n-d queremos saber lo que piensas. ¡Gracias por seguirnos!
Más sobre Elena Charameli
Bloguer, viajera, creativa. Formada en turismo y Marketing Online, enseñando y aprendiendo cada día. Actualmente profesora y Community Manager en AulaCM
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En mi opinión, la nueva ley aportará beneficios económicos, pero yo me pregunto ¿durante cuanto tiempo? La explotación masiva de la costa puede que durante unos años cree puestos de empleo, fomente el emprendimiento, etc pero… ¿Qué pasará cuando debido a esa sobrecarga las playas se llenen de desperdicios de los establecimientos, desaparezcan recursos naturales como dunas y ejemplares de flora y fauna singulares y se sustituyan pueblos pesqueros tradicionales por compejos turísticos? Si se destruye el recurso, ¿el turista volverá? Bajo mi punto de vista, esto es «pan para hoy y hambre para mañana».
Gracias Fátima por tu aportación. Tienes toda la razón, en ese sentido si sobre-explotamos nuestra costa lo único que quedará en un futuro será cemento y asfalto. Sería más productivo y sostenible, a largo plazo, proteger nuestros recursos naturales para que puedan disfrutarlos los turistas de hoy y de mañana.
Siempre es un placer leer vuestras opiniones, ¡gracias!
Esta y otras leyes vinculadas directa/indirectamente con los recursos naturales y que el actual gobierno esta «obsesionado» en modificar, van en el mismo camino, ofrecer seguridad jurídica al propietario en detrimento de la protección del medio natural.Creo que todas estas acciones pasarán factura en un futuro no muy lejano, como lo demuestra ya el hecho que desde la Unión Europea se esta advirtiendo al Estado Español del incumpliendo de normativas europeas, como por ejemplo la de gestión del agua a través de la Directiva Marco del Agua http://www.ecologistasenaccion.org/article25769.html
De la misma forma que en nuestro trabajo somos responsables de lo que hacemos, los políticos deberían serlo de las decisiones que toman y en caso, que se vulnere alguna norma responsabilizarlos. No creo que el turismo de calidad, venga a España sólo por el sol y playa, lo que también busca son disfrutar de sus recursos naturales y etnológicos.
Muchas gracias Xisco por tu aportación. Estoy totalmente de acuerdo contigo. Lo estamos haciendo mal y , tarde o temprano, pagaremos por ello.
Qué alegría saber que este tema importa y genera diálogo, absolutamente comparto tu opinión. Parece mentira pero volvemos a tropezar en la misma piedra… por agradar a inversores, facilitar el dinero fácil y a saber que cosas más, volvemos a erosionar nuestro litoral. El modelo de negocio que buscan con estas modificaciones es más de lo mismo, ladrillo y explotación de la costa.
Ya que copiamos tanto el modelo económico de Europa, podríamos copiar también las ganas de proteger los recursos naturales (de la costa al interior, ya que nos ponemos). Veremos a ver en qué acaba todo esto.
Un placer Xisco, te invitamos a seguirnos y comentar próximas entradas. ¡Gracias!
¡Estupendo post! Creo que es el primero de muchos… o eso espero. Aunque no se pueda hacer nada, por lo menos hacer algo de ruido respecto del tema. No puede ser que volvamos a lo mismo… En Galicia tenemos el ejemplo (que ya lo he puesto alguna vez) de las Islas Cíes que es una vergüenza. Está tan masificado, que cuando vas parece que vas a una feria en vez de a un Parque Natural. ¿Qué es más importante, proteger el espacio o el dinero? No hace falta responder. Otro caso que empieza a ser muy triste es el de la playa de las catedrales, costa de Lugo. Sucederá algo similar. Ojalá se mirase más allá del «dinero» pero desgraciadamente no parece ser la tendencia.