Posts by Nadia Cantero

El Turismo de Desastres, reinvención de la tragedia

El pasado 25 de diciembre los gallegos despertábamos con la noticia de que el Santuario de A Virxe da Barca se encontraba envuelto en llamas. La noticia pronto aparecía en todas las redes sociales y rápido se propagaron fotos y vídeos que mostraban la magnitud del incendio.

Este emblemático santuario barroco está situado en la marinera villa de Muxía. Su localización en plena Costa da Morte, su famosa romería da Nosa Señora da Barca, pero especialmente su situación como parte del Camino de Santiago de Fisterra-Muxía le confiere una notoriedad más allá del territorio gallego.

Santuario Virxe da Barca

Naturalmente, el hecho de que el Santuario de A Virxe da Barca terminara calcinado fruto de una mala casualidad (la causa del incendio se debió a la caída de un rayo en un transformador próximo a la sacristía de la iglesia), me sorprendió y me entristeció; ahora bien, mi asombro fue mayor cuando días después leo este titular: “El incendio de Muxía desata una oleada de visitas al santuario”.
Como bien sabemos no es la primera vez que un acontecimiento trágico se convierte en un foco de turistas y en ocasiones la temática de la tragedia llega a suponer el nacimiento de nuevos productos turísticos. Este fenómeno por el cual los visitantes se sienten atraídos por destinos que han sufrido algún tipo de catástrofe natural se denomina Turismo de Desastres. Los siguientes ejemplos sirven para comprender como una ciudad desbastada reinventa su oferta turística:

  • Huracán Katrina (Nueva Orleáns, año 2005). Algunas agencias de viajes comercializan productos específicos de la catástrofe. Podemos encontrar tours en los que nos explican el antes y el después de la ciudad, o audio guías que se pueden comprar online en las que se muestran mapas y puntos de referencia de las zonas devastadas.
  • Tsunami en Rikuzentakata (Japón, año 2011): esta pequeña ciudad costera en el pasado resultaba atractiva por sus playas pero ahora los turistas la visitan para ver el nivel de destrucción tras el paso del tsunami. Su principal atractivo es el “pino milagroso” único superviviente y que hoy es un símbolo de esperanza, además de ser la visita obligada de los turistas.

Queda de manifiesto que este tipo de tragedias supone un atractivo para un segmento de la población y que la actividad turística puede servir de revulsivo para la maltrecha economía local, pero… ¿y los habitantes del destino? No debemos olvidar que los residentes vivieron una experiencia traumática de absoluta destrucción humana y material. La historia debe ser contada, pero bajo mi punto de vista es muy importante tratar el tema con suficiente rigor histórico y con la sensibilidad y respeto merecidos.

Foto: El País

Slow Travel, viajando con calma

citta_webMensajes instantáneos, información al minuto, fotos, vídeos y un largo etcétera de posibilidades. Todos los días pasamos horas delante de una pantalla (ya no nos importa el tamaño), recibiendo ráfagas fugaces. El ritmo es rápido, el impacto pasajero y sin calarnos demasiado. A priori esta velocidad suele ir ligada al trabajo, al estrés de la vida cotidiana, pero… ¿y cuándo estamos de vacaciones?, ¿realmente dejamos de lado ese estrés?

La oferta de posibilidades para relajarnos es enorme, pero sin darnos cuenta nos hemos fijado como objetivo exprimir al máximo nuestros días de vacaciones. Nadie nos lo ha impuesto, nosotros mismos en nuestra acelerada concepción de viajar, seguramente adquirida inconscientemente por lo que vivimos día a día, generamos el efecto contrario de lo que se supone son unos días de descanso.

Frente a esta manera de hacer turismo rápido y superficial nace en el año 1989 el movimiento slow travel. Su filosofía es clara: se trata de disfrutar lentamente del viaje, utilizando medios de transporte como el tren, la bicicleta o incluso caminando, y la idea persigue el claro objetivo de la integración con el entorno que estamos visitando.

El slow travel nació como un concepto derivado del movimiento slow food que surgió a finales de los 80 en la ciudad de Roma. Un crítico culinario italiano, Carlo Petrini, fue el impulsor de una manifestación que se llevó a cabo como negativa a la apertura de un nuevo McDonald’s, emblema del fast food, en la Plaza de España de Roma. Los manifestantes reivindicaban la importancia de conservar la gastronomía local frente a este nuevo modelo de alimentación que llegaba desde Estados Unidos. Esta corriente a favor de un estilo de vida saludable, manteniendo los valores locales, cuidando nuestros productos y tradiciones culturales, consiguió trascender a más aspectos de la sociedad propiciando la aparición de esta nueva manera de viajar: el slow travel.

El movimiento slow va más allá de quedarse en un manifiesto puntual o en una filosofía de viajar. Las ciudades empiezan a querer ser slow cities. Para unirse a este club deben cumplir una serie de requisitos, que por supuesto, van en consonancia con los ideales que persigue el movimiento.
Son ciudades pequeñas, acondicionadas para la circulación en bicicleta. Los centros urbanos están vetados para el tráfico rodado. Insisten en el concepto de calidad de vida, sin estrés y con una clara conciencia por la naturaleza. Defienden la cultura y gastronomía de la zona y llevan a cabo actividades que favorezcan el desarrollo de la población local.
Adaptarse a estos requerimientos que exige la asociación, no solo mejora la convivencia de los habitantes del pueblo, sino que también es una forma de atraer a turistas que se identifiquen con esta manera de vivir, con esta pausada idea de viaje.

En el año 1999 la ciudad italiana de Orvieto fue la primera en declararse cittaslow, que es el nombre con el que bautizaron los italianos a las ciudades lentas. Actualmente Italia es el país que tiene catalogadas más slowcities con 73 ciudades seguido de Corea del Sur y Alemania con 12,Polonia con 10, etc. España ocupa el sexto puesto con Portugal (ambas con 6). Las ciudades lentas españolas son: Begur, Bigastro, Lekeitio, Mungia, Pals y Rubielos de Mora.

Esta predisposición de algunos pueblos o ciudades a atraer un tipo de turistas mucho más serenos, dispuestos a quedarse varios días alojados (con el beneficio que ello supone), es un ejemplo a seguir y un modelo de gestión muy acertado. La masificación de destinos y conductas poco responsables con el medio ambiente y la cultura local deben ir desapareciendo.

Una vez definida la filosofía slow cabe volver a preguntarnos si nuestras vacaciones son realmente un periodo de descanso y aprendizaje, o las hemos convertido en una extensión de nuestro día a día.
A este paso yo lo tengo claro. Siempre slow.

Imagen: Cittaslow

Ciudades de película

En anteriores posts mis compañeras trataron el turismo desde el prisma del serieadicto y desde la experiencia del lector. Ana se animaba a contarnos las series televisivas que más influyen en el espectador a la hora de viajar, y Elena nos ilustraba con su viaje low cost a través de novelas de viajes. Ahora bien, ¿y el cine? ¿Qué papel juega el séptimo arte en relación con el turismo y en relación con las ciudades en las que se desarrolla?

TOURS HOBBIT NUEVA ZELANDA

El cine nos permite descubrir ciudades a través de películas de todos los tiempos. Es una oportunidad para conocer sitios emblemáticos sin movernos de la butaca o el sofá. Sin duda algo que marca profundamente a un filme es la ciudad donde está rodado, al mismo tiempo que el director rinde homenaje a la urbe. Imágenes de Nueva York, París, Londres, Barcelona o Madrid forman parte de la iconografía popular de la historia del cine.
Gracias a este imaginario cinematográfico que ha creado la industria es inevitable estar familiarizados con la Grand Central Terminal de Nueva York, el Picadilly Circus de Londres o las ya míticas cuestas de San Francisco en las que te subes en marcha al tranvía.

El espectador está directamente influido por lo que ve en la gran pantalla y ello también repercute en su elección a la hora de viajar. Esta influencia que genera el cine no solo interviene en el turista, sino también en el destino. Bajo mi punto de vista se pueden diferenciar dos aspectos relacionados con las ciudades y monumentos de cine:

1. Recursos turísticos ya existentes (monumentos, paisajes, localizaciones, etc.), que cobran más fuerza tras la película.
Ejemplo de ello puede ser el puente Queensboro retratado en la mítica escena de “Manhattan” (Woody Allen); el Café des deux Moulains localizado en el barrio de Montmartre en donde trabajaba la dulce Amélie (Jean-Pierre Jeunet); o la Fontana di Trevi con el baño nocturno de Anita Ekberg en la “Dolce Vita” (Federico Fellini). En el ámbito nacional cabe destacar el caso de Formentera, que tras el estreno de “Lucía y el sexo” (Julio Médem), recibía oleadas de turistas que buscaban las localizaciones aparecidas en la película.

2. Escenografía creada para una producción que posteriormente se convierten en recursos por sí mismos.
Sea el caso de los escenarios localizados en el desierto de Tabernas, Almería. Aquí los seguidores del Spaguetti Western revivirán las escenas de “La muerte tenía un precio” y para los que prefieran otros géneros estarán ante los decorados de legendarias películas como “Lawrence de Arabia”,” Cleopatra” o “Indiana Jones y la última cruzada”.
También en otro desierto, en este caso en Túnez, se puede visitar el set de rodaje que George Lucas ideó para “Star Wars”. En él se rodaron muchas de las escenas más emblemáticas de la saga. Treinta y cinco años después de su montaje parte de los decorados se encuentran deteriorados, pero para los seguidores de la “Guerra de las Galaxias” jamás perderán su magia.
Por último, y no por ello menos importante, destacar el caso de Nueva Zelanda que tras servir de localización en la trilogía “El señor de los anillos” ha experimentado un notable crecimiento en la llegada de turistas. Destinos como la pequeña aldea rural de Matamata ofrecen tours por La Tierra Media en dónde nos explicarán como las fincas ovejeras se convirtieron en La Comarca. El Parque Nacional Tongariro, con la ayuda del retoque digital, se convirtió en Mordor. Y para los más frikis es obligada la visita a The Weta Cave (Wellington), un museo en donde se podrán encontrar cara a cara con los personajes del imaginario de Tolkien.

Queda de manifiesto que gracias a la industria cinematográfica han aparecido nuevos productos turísticos que con un buen trabajo de conservación y promoción pueden suponer un incremento en el número de visitantes. Esto queda en manos de los destinos y de sus gestores; por la parte que le toca al turista una recomendación: en vuestra próxima escapada viajar guiados por los mejores cineastas.

Los festivales de música: reclamo para el turismo de eventos

SonarHace tres semanas me disponía a buscar alojamiento para pasar unos días en Oporto. El motivo de escoger Portugal como destino para disfrutar de unas mini vacaciones se debía a la celebración del Optimus Primavera Sound, homólogo portugués del festival de música que se celebra en Barcelona desde hace ya doce años. El festival “tripeiro” (gentilicio de los habitantes de Oporto), cuenta solamente con dos años de vida, pero los organizadores y la industria turística ya lo sitúan como un evento que atrae un importante número de turistas. Por mi parte, puedo dar fe de ello. La búsqueda de alojamiento se convirtió en una tarea más complicada de lo que me esperaba, y una vez en Oporto puedo asegurar que en la ciudad se respiraba ambiente festivalero. Pero antes de entrar en profundidad es conveniente hacer una pequeña reflexión acerca de este tipo de turismo y de cómo puede repercutir en la ciudad de acogida.

Por turismo de eventos se entiende al desplazamiento que hacen las personas motivadas por participar en diferentes actividades relacionadas con su ocio o con actividades profesionales. Asistencia a congresos, convenciones, ferias, exposiciones, viajes de incentivo, festivales, etc. El turista de este segmento se caracteriza por la presencia efectiva como oyente o como participante. Se trata de una actividad que agrega valor al destino turístico ya que permite reducir la estacionalidad. Por lo general suele ser un turista con un poder adquisitivo medio-alto, los hoteles y alojamientos que escoge son de una aceptable categoría y su gasto medio por estancia es elevado. Es un turismo que genera importantes ingresos, por lo que es un segmento muy atractivo para el destino en cuestión.
En el caso de los festivales de música el público es algo más heterogéneo. Nos podemos encontrar con asistentes al evento que deciden alojarse en un youth hostel y que consumen productos de supermercado para que su estancia sea más barata, hasta turistas (la mayoría suelen ser internacionales), que no escatiman a la hora de reservar alojamiento y hacen un considerable gasto en oferta complementaria. En cualquier caso ambos tipos de turista son interesantes, puesto que el consumo recae en un amplio abanico de empresas de la ciudad.

Los factores que determinan que un evento musical tenga éxito son muchos, pero en este caso Oporto cuenta con varios elementos que lo hace un destino muy atractivo:
Las comunicaciones. El Francisco Sá Carneiro cuenta actualmente con 14 compañías aéreas que operan en este aeropuerto, desde el que es posible volar a 64 destinos. Cuenta con compañías de bajo coste, por lo que la conexión entre esta ciudad y las principales capitales europeas está asegurada a un coste muy bajo.
Los precios. El alojamiento, el ocio y la restauración mantienen unos precios muy competitivos si lo comparamos con otras ciudades europeas e incluso españolas.
Los recursos turísticos. La ciudad cuenta con una riqueza monumental y paisajística de primer orden, así que además de disfrutar de los conciertos, el festivalero podrá empaparse del patrimonio portugués.
La oferta turística. Visitas guiadas a precios módicos en la mayoría de monumentos; multitud de compañías de transportes turísticos (bus, barco, bicicleta, tranvía, funicular, etc.), amplia oferta hotelera y con posibilidades para cualquier bolsillo, etc.

Cualquier escusa es buena para asistir a un evento musical o cultural, pero si la ciudad de celebración está preparada para acoger al turista, la organización del evento cumple unos estándares de calidad como fue el caso del Optimus Primavera Sound (precioso recinto de celebración, venta de entradas limitadas para evitar masificaciones, gastronomía aceptable para ser un festival, merchandising muy útil para la ocasión), el destino turístico se verá beneficiado ,y tanto el evento como la ciudad, podrán acoger durante muchos años a cientos de visitantes.
Por cierto, ya solo siendo su segunda edición la organización estima que alrededor de 75.000 personas pasaron por el festival en los 3 días de celebración, así que en mi opinión, es una buena opción como producto turístico para otras ciudades.

Imagen: Disco digital

Oficinas de Información Turística: Uso y Desuso

i definitivaLa primera gran dificultad con la que se suelen topar los turistas es que el punto de información está cerrado. ¿Cómo se les ocurre a los incautos turistas obtener información un domingo o un festivo? Es curioso, pero parece que los horarios se ajustan para los residentes del destino turístico, y aún así, yo diría que solamente consiguen pisar la oficina los desempleados, los jubilados, o los despistados que entran a preguntarte a qué hora abren el comercio de enfrente. Los residentes con un horario de trabajo normal, e interesados por los recursos turísticos de su zona, tampoco consiguen encontrarla abierta.

Tenemos ejemplos de todo tipo. Desde oficinas que solo abren de lunes a viernes de 9.30 a 13.30h. Otras que cierran en fin de semana y festivos debido a que los empleados son funcionarios, y en sus contratos no se contempla este tipo de jornada laboral. Las hay que simplemente se camuflan en la biblioteca del pueblo, por lo que nos dará igual si está o no abierta; nadie se enterará. Como observamos, las casuísticas en este sentido son infinitas.

Otra de las luchas continuas es la señalización. Si quieres encontrar la oficina de turismo, no se te ocurra seguir la señal. Para el coche, busca a alguien del pueblo, y reza para que sepa dónde está situada. La señal que indica en qué dirección puedes encontrarla fue colocada hace años, y en ocasiones, el punto de información o ya no existe, o se ha trasladado a otra zona de la ciudad.

La orientación al cliente de los informadores turísticos clásicos (los que no han recibido ninguna formación relacionada, y que por diferentes motivos han terminado desempeñando ese puesto), difiere radicalmente de lo que una persona debe transmitir detrás de un mostrador. Suelen ser toscos, recibirte con cara de pocos amigos y esperan que tus preguntas no se extiendan más allá de dos minutos. Ya no hablemos de dominar un par de idiomas. Eso es algo que últimamente se estila entre los desempleados del sector turístico. La descripción que Xurxo Ayán y Manuel Gago hacen en Herdeiros pola forza de este tipo de informador es muy graciosa: “si viene un turista le das un folleto. ¿Qué está muy interesado? Le das dos. ¿Qué lo ves entusiasmado? Tres folletos.”

En Galicia nos podemos encontrar con estos ejemplos, pero también tenemos la suerte de contar con excelentes profesionales que buscan desterrar este modelo de gestión. Todavía nos falta camino, ya que muchos de los compañeros están contratados por periodos escasos de tiempo (los que tienen suerte), o como otros muchos, siendo becarios año tras año. Gracias a estos supuestos becarios (en realidad no los son porque son responsables totales de la gestión y apertura de las oficinas, y no tienen a ningún técnico que los oriente en su formación), los puntos de información turística se mantienen con criterios altos de calidad.

Evidentemente no todos los destinos necesitan el mismo desarrollo turístico, ni todos tienen capacidad ni demanda para abrir una oficina. El problema surge cuando municipios declarados de interés turístico siguen anclados en la rutina de traer temporada tras temporada nuevos becarios. En el periodo de la beca, que a veces puede ser prácticamente de todo el año, muchos de los compañeros plantean mejoras y proyectos para llevar a cabo en el destino, en la oficina o incluso en la planificación de los recursos. Se necesita continuidad para desarrollar estos planes de acción, y al llegar el final de la temporada caen en saco roto. No hay técnicos en turismo, ni una política centrada en la mejora y planificación del destino. Eso sí, los políticos se hartan a decir que su pueblo, ciudad o región es de las más visitadas de la provincia. ¿Algo falla, no?

Por todos es sabido que podemos encontrar multitud de información a través de la red, pero mi experiencia, y la de muchos compañeros, es que año tras año las oficinas de turismo siguen recibiendo miles de visitantes. El servicio tiene que ser excelente, y en muchos casos esto sigue siendo una asignatura pendiente. Aunque también es cierto que en muchos otros se van encantados de la información y la amabilidad recibida, y esto suele ser de la mano de los profesionales, los que han estudiado para ello, o simplemente los que sienten su trabajo como parte fundamental de la satisfacción del turista.

Me gustaría saber cuál es vuestra experiencia en las diferentes oficinas de información repartidas a lo largo de la comunidad y del territorio nacional, pero tanto desde el punto de vista del turista como desde el lado del profesional que trabaja en oficina. Creo que podríamos generar un interesante debate.

Nuevos productos turísticos: Street art tours

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Granada es Alhambra, Albaicín, Sierra Nevada y un sinfín de maravillas que me tuvieron cautivada durante meses. Pero en las rutinas diarias había una compañía omnipresente. De camino al súper, en las tardes de biblioteca o en las infinitas noches de tapeo, él siempre estaba presente. El Niño de las Pinturas está en las paredes de toda la ciudad y para mí forma parte de la ruta turística de Granada.

Raúl Ruiz o el Niño de las Pinturas, es uno de tantos ejemplos dentro del movimiento artístico conocido como street art o arte urbano. Desde mediados de los años 90 el término street art se utiliza para describir el trabajo que realizan en la calle un conjunto de artistas que han desarrollado un modo de expresión gráfica mediante el uso de diversas técnicas (plantillas, posters, pegatinas, murales, etc.), que se aleja del clásico grafiti.

El trasfondo de lo que se quiere expresar por medio del arte urbano es libre. Cada artista ha adquirido su propia personalidad, tanto técnica como del mensaje a transmitir, pero lo que no cabe duda es que se ha generado una cultura global en torno al street art que ha transcendido a otras esferas de la sociedad, y entre ellas está el turismo.

Uno de los principales atractivos turísticos de Berlín es la East Side Gallery. Se trata de una sección de 1.316 metros en la cara este del muro que se conservaron para crear una galería de arte al aire libre. Consta de 103 murales pintados por artistas de todo el mundo con la finalidad de rendir homenaje a la libertad conseguida tras la caída del muro. Hoy en día es considerada la galería de mayor longitud y duración del mundo. Lamentablemente muchas de sus obras se encuentran deterioradas debido al vandalismo y la erosión propia de estar expuestas al aire libre, pero a pesar de todo, es una de las visitas ineludibles de Berlín.

Bristol es otra ciudad que ha aprovechado el tirón del street art y ha creado una ruta turística en torno a Banksy. Este misterioso grafitero (no se le ha visto nunca la cara y tampoco se sabe a ciencia cierta su identidad real), se ha convertido en uno de los artistas callejeros más conocidos y mejor pagados de la escena urbana. Siendo de Bristol, no se podía perder la oportunidad de desarrollar un nuevo producto turístico entorno a él. En la web oficial de turismo de esta ciudad inglesa, concretamente en el apartado de galerías y exposiciones, nos podemos encontrar con un tour para visitar sus principales obras. Si prefieres visitar por tu cuenta las diferentes intervenciones de Banksy también puedes descargarte la app tanto para Bristol como para Londres, en la que encontrarás toda la información de este provocador artista.

Algunas ciudades españolas también han optado por desarrollar el potencial turístico de las manifestaciones artísticas callejeras. Desde la asociación Madrid Street Project se han diseñado una serie de visitas guiadas, los genialmente llamados safaris urbanos, en las que nos informan acerca de las obras, los autores, las técnicas o la idiosincrasia de los lugares intervenidos. Sus creadores describen la ruta como una actividad abierta y accesible a todo tipo de público, conocedor o no del arte urbano madrileño y nos invitan a conocer otro Madrid.

Otro pequeño gran ejemplo de arte mural es Ordes. Se trata de una pequeña localidad coruñesa de apenas 13.000 habitantes en la que se celebra desde hace 5 años el festival de arte urbano Desordes Creativas. Se trata de un festival único en Galicia y que concentra a lo mejor del arte urbano gallego, con algunas aportaciones nacionales e internacionales. Las intervenciones que realizan son consensuadas con los vecinos, que ceden un muro, casa o fachada para que sean decoradas durante el festival. Pero lo más enriquecedor de la celebración de este evento es el nuevo paisaje que se está conformando en esta villa coruñesa. Muros de ladrillo, grietas rebosantes de humedad o paredes encementadas adquieren colores vivos. La pintura transforma áreas degradadas en museos al aire libre.
Algunos de los trabajos realizados en Ordes a lo largo de estos 5 años se sitúan en un mapa online en el que se pueden encontrar las distintas localizaciones donde han intervenido los artistas.

Como hemos comprobado el arte urbano está vivo, en continuo cambio. No importa visitar el mismo destino más de una vez, siempre habrá algo nuevo que admirar y sin duda es un atractivo tanto para los residentes como para los turistas.

El Turismo sobre dos ruedas: Cicloturismo

Muchos son los motivos que me han animado a escribir, sintiéndome una real intrusa, acerca del cicloturismo, y por extensión, hablar también del uso de la bicicleta como medio de transporte alternativo. Intrusa porque mis viajes no se planifican en función de las rutas cicloturísticas que hay delimitadas a lo largo de nuestra geografía, y mucho más aún, porque soy de las que vive pegada al asiento de un coche. Pero creo que mi reflexión es una búsqueda personal por cambiar ciertos hábitos, y este post es un medio para dar a conocer propuestas muy interesantes que se están llevando a cabo en el ámbito del ciclismo recreativo.
Antes de nada es importante definir mínimamente el concepto cicloturismo. Se trata de una actividad recreativa, deportiva y no competitiva que combina la actividad física y el turismo. Consiste en viajar en bicicleta visitando los lugares que se encuentra uno a su paso. Se realiza por placer, no por competición, por lo que no se puede llegar a denominar práctica competitiva.
aparcamiento AmsterdamMi primera pequeña experiencia turística con una bici se dio, como no podía ser de otra manera, en Ámsterdam. Hace pocos días recuperé los recuerdos de aquel viaje, y es curioso, pero la primera imagen que me vino a la cabeza, no fueron ni los tulipanes, ni los canales, sino que volvió el primer contacto que tuve con la ciudad nada más salir de la estación central: el enorme aparcamiento habilitado para bicicletas. Aquella primera imagen me impactó sobremanera, y comprendí que tenía que cambiar mis pies por ruedas. Los sucesivos recuerdos vienen y van en una bicicleta, con sol, con lluvia, y no pudieron ser más gratos.
Otro pequeño contacto se dio relativamente hace poco en Vigo. Una empresa dedicada a la venta y reparación de bicicletas, ofrecía a través de una concesión del ayuntamiento de Vigo, bicicletas eléctricas en alquiler de una manera gratuita. La propuesta tuvo mucha acogida entre los vigueses y muchos de ellos cambiaban sus planes de domingo con el coche, por agradables paseos familiares montados sobre dos ruedas. Lo mejor de todo era la ruta recomendada (y desconocida para muchos), en la que recorrías un carril bici inundado de especies marinas, con el telón de fondo de la Ría de Vigo.
Lamentablemente esta concesión tenía los días contados. De todos modos abrir esta pequeña ventanita supuso para muchos vigueses un inicio en la introducción de la bicicleta en su ciudad, y con esto ya se consiguió, al menos, despertar la curiosidad por esta actividad.
Pero sin duda, mi último gran descubrimiento en cuanto a actividades relacionadas con el cicloturismo ha sido Ourense.
¿Os suenan las rutas ciclointerpretativas? Se trata de disfrutar, subidos en una bicicleta, de itinerarios guiados e interpretativos. En este caso, la empresa que los organiza, Bilurico Medio Ambiente, ha optado por rutas llanas y asequibles a todo el mundo. En el precio incluyen la bicicleta con alforjas, casco y prismáticos. Principalmente se llevan a cabo en espacios naturales de la provincia, como son el Parque Natural Baixa Limia-Serra do Xurés, o el Parque Natural do Invernadoiro, entre otros.
Pero las iniciativas no se quedan ahí. En la ciudad también nos encontramos con un servicio de mensajería ecológica que transporta la paquetería en bicicleta; asimismo podemos disfrutar, cada tres meses y de una manera gratuita, de bicipaseos patrimoniales con el objetivo de dar a conocer el patrimonio natural y cultural de la ciudad de Ourense fomentando además el uso de este medio de transporte sostenible.
Este compromiso de integrar la bicicleta como un medio de transporte habitual en Ourense ha dado recientemente un paso más. De hecho, es la primera ciudad gallega que permite a sus vecinos registrar sus bicicletas para promover su seguridad. El biciregistro incluye características e imágenes de la bicicleta, datos personales del usuario, un localizador y el marcaje de la bicicleta.
Por todos es sabido que otras ciudades españolas y especialmente extranjeras nos ganan la carrera del condicionamiento de las ciudades para el uso de la bicicleta. Siempre escuchamos que la orografía de Galicia supone un handicap para el desarrollo de este tipo de propuestas, pero como hemos comprobado, siempre hay oportunidades viables y desde Turismo n-dimensional aprovechamos para contároslas.

Imagen: Triadicto

El exotismo del turismo interno

OLYMPUS DIGITAL CAMERARecientemente leí en el muro de un amigo esta frase: «Al final, para un hombre de mundo, es muy exótico volver a casa». Me llamó especialmente la atención, y como tantas otras veces la deformación profesional asaltó mis pensamientos. Sin quererlo la había llevado a mi terreno, e inmediatamente estaba recapacitando en lo inexplorada y exótica que resulta para muchos gallegos su propia casa: Galicia.

Días después de haber leído esta frase (que seguía rondando por mi cabeza), me encontré con una nueva campaña promocional de Turgalicia que intenta fomentar el turismo interno. La acción publicitaria se desarrolla con una serie de vídeos relativamente cortos (rondan los seis minutos), en los que se nos presenta una idea clara: vivir experiencias únicas muy cerca de casa. El argumento del spot es muy sencillo, pero es una idea que refleja perfectamente en que consiste el turismo de proximidad: mostrar a la población local las maravillas de su propia región.

Con esta campaña Turgalicia pretende potenciar la originalidad de nuestro territorio, sus particularidades naturales y culturales, pero sobre todo, pretende mostrarnos lo desconocido, como si nos encontráramos en un destino lejano, pero que se encuentra a tan solo unos kilómetros del hogar. Ese exotismo que despierta nuestra propia “casa” se refleja perfectamente en la reacción de los excursionistas. Es tal su sorpresa una vez llegan al destino, que particularmente a mí, consigue emocionarme.

Otro de los aciertos de la campaña es dar a conocer recursos menos explotados. En este sentido, se escapa de los típicos destinos y se focaliza la atención en potencialidades más genéricas; recursos que cualquier gallego se puede encontrar a muy poca distancia: manantiales de agua minero-medicinal, viñedos, faros, playas salvajes, etc.

Es ya un tópico pero es cierto. Nos empeñamos en recorrer medio mundo con el afán de conocer la originalidad de otras culturas y quizá deberíamos empezar por nuestro propio entorno si queremos descubrir algo singular y novedoso. Lo exótico suele hacer mención a culturas y países diferentes y alejados, pero bajo mi punto de vista, es un adjetivo que se aplica perfectamente a nuestra lejanía con nuestros recursos, al desconocimiento de lo autóctono, convertido por nosotros mismos en algo ajeno y distante. Es curioso, pero la mayoría de las veces desconocemos lo que tenemos más cerca.

A partir de ahora ya no tendremos escusa para visitar nuevos lugares.Podemos acumular experiencias nuevas cada fin de semana.¿Os animáis?, porque yo ya he escogido la mía.

Campaña de promoción de turismo interno Turgalicia 2012:

Imagen: Cascada del río Toxa, Sandra Pérez.